sábado, 21 de junio de 2014

"Esto no son las Torres Gemelas"

Tras la lectura del libro anteriormente citado, de María Acaso, voy a pasar a hacer un resumen de un apartado que me ha llamado bastante la atención, lo que se conoce como los Terrorismos Visuales, es decir, "el sistema de presión organizado desde los grupos de poder con el objetivo de aterrorizar a la población a través de las imágenes".
Dentro de estos terrorismos visuales, podemos clasificar tres tipos: los terrores del cuerpo, de clase y culturales, cada uno de ellos con sus subdivisiones. A continuación, pasaré a hacer un repaso de los distintos terrores del cuerpo ya que sin duda son los más instaurados en nuestra sociedad y son, sin más, los que atentan sobre nuestro físico, sobre nuestro cuerpo. Estos terrores son los siguientes:

Terror a ser viejo/a
Es el más asentado en la población y el más difícil de solucionar. No obstante, los consumidores
gastan grandes cantidades de dinero como consecuencia de este terror ( cremas, tintes, cirugías...). El origen a este miedo está en el propio sistema de producción, ya que las empresas creen que los jóvenes rinden más que los que no lo son, entendiendo como jóven la población que va desde los 20 hasta los 35 años. La exaltación de dicho colectivo hace que se desprestigie a los que no entran en él y a las carácteristicas físicas que presenta este cambio. Se piensa, que este terror se crea debido a la falta de imágenes visuales de viejos y viejas.



Terror a ser gordo/a
Es uno de los terrores más dañinos, diseñados especialmente para las mujeres.
Como dice Mernissi, nadie dice a las mujeres de forma directa que han de tener una talla 38, pero cuando todas la mujeres que salen en los medios parecen tener dicha talla,cualquier mujer comienza a sentirse insegura por no ser como esas mujeres. Esto es especialmente dañino para las mujeres jóvenes, puesto que se ven incapaces de alcanzar una figura que es propia de niñas de 14 años. Este terror ha comenzado a hacer mella incluso en el periodo en que una mujer está gorda por naturaleza, el embarazo y el posparto, haciendo que muchas mujeres no quieran tener hijos por el miedo a perder su figura.

                       
Terror a no tener unos dientes perfectos
Para comprender este terror habría que preguntarse por qué los dentistas no son considerados médicos. Pues bien, al igual que los cirujanos plásticos, son empresarios, que necesitan de nuestro descontento con nuestra dentadura para su beneficio, para desvalijarnos tanto cuando somos niños, con prótesis dentales, como en la vejez con las dentaduras postizas, sin contar los gastos en blanqueamientos, empastes, dentífricos...
Las imágenes que generan este terror están en todas partes, imágenes que en su mayoría generan mofa.

"El Peíto" y "El Risitas"


Terror al pelo
Aqui debemos difrenciar entre hombres y mujeres.
En el caso de las mujeres, es inconcebible una mujer atractiva que no esté depilada. El terror a no estar depilada genera mucho dinero a través de varios negocios: la decoloración, la cera, las bandas, las cuchillas solo para mujeres y el láser, siendo las revistas femeninas las que potencian este terror.
Otro terror que afecta a la mujer es el terror al pelo corto, que se asocia con la masculinidad. Una mujer debe tener un pelo largo, suave, liso o rizado, asi como una pestañas largas y rizadas.
En los hombres, se sufre el terror a estar calvo, unido fuertemente al de no ser jóven.
Por último, tanto hombres como mujeres tenemos miedo a las canas y al pelo moreno,siendo lo primero atribuido a ser viejo y lo segundo, a no ser de raza blanca.




Terror a los genitales pequeños
Tiene dos versiones, la masculina y la femenina. Esta última consiste, básicamente, en la sacralización del pecho femenino, en general, y del voluptuoso y terso, en particular. Además, no basta con que el pecho sea grande, sino que al mismo tiempo debe ser respingón.
La versión masculina tiene que ver con el tamaño del pene, que está relacionado con el poder sexual y el vigor de la juventud, por lo que podría relacionarse con el terror a ser viejo.







Terror a estar pálido
Este terror genera multitud de industrias: desde las cremas hasta el solarium.
Aunque esta obsesión por el tono de piel bronceado puede acarrear grandes problemas de salud, las imágenes que se nos presentan continuan perpetrando la necesidad de tener un tono de piel dorado.



Terror a estar enfermo
Aquí no se trata del terror por estar enfermo, sino del terror de hacernos creer que estamos enfermos cuando en realidad no lo estamos, lo que consiguen las grandes multinacionales farmaceúticas a través de la imagen. Evidentemente, los beneficos generados por este sector son tremendos, máxime cuando la mayoría de los ingresos médicos no son por enfermedades graves, sino por enfermedades medias que el consumidor cree que puede tener pero que puede curar por sí solo, previa compra del fármaco oportuno. Uno de los casos que mejor ejemplifica este terror es el terror a estar menopaúsica, una "enfermedad" creada hace pocos años y que convierte una etapa de la vida de la mujer en un auténtico trauma. Una vez más, los publicistas, los terroristas visuales, fueron los encargados de crear la opinión de que la menopausia era "algo malsano", por lo que los laboratorios diseñaron un extenso abanico de productos para esta recién nacida "enfermedad".




Cómo bien podemos comprobar tras la lectura de esto, son esos terroristas visuales, los publicistas, los que en gran medida se encargan de que nunca estemos contentos/as con nuestro aspecto físico.
Nos usan como marionetas, títeres a su merced, estableciendo a través de la publicidad unos cánones de perfección que debes cumplir si quieres encajar en la sociedad, beneficiando en todo momento a esas empresas, multinacionales... en definitiva, a esos buitres carroñeros que se enriquecen a costa de crear complejos en las personas.


Bibliografía:  Acaso, M. (2006). Esto no son las Torres Gemelas. Catarata.


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